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20 Más bien, acumulen para ustedes tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. 21 Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.

El ojo: lámpara del cuerpo

22 “La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.

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